Way Pek

 


    También llamado en español "perro brujo" o "perro encantado". Es muy diferente al antiguo perro maya lampiño y que no ladra; el Way Pek es del tamaño de un lobo, de color negro, y siempre está gruñendo. La gente lo tiene por un ser diabólico, que impide conciliar el sueño a los moradores de la casa atropellando sus hamacas, rechinando los dientes y haciendo toda clase de ruidos. 

    Parece estar buscando restos de comida para saciar su hambre, pero también se le ha vislumbrado en la oscuridad realizando tareas domésticas como acudir por leña y ponerla en el fogón. Y, horrorizados, los aldeanos han visto el can meterse en el fuego y salir de él indemne, sin la más mínima quemadura. Para deshacerse de su molesta presencia, algunos le han disparado con un arma, mas al encender el quinqué, el Way Pek ha desaparecido sin dejar huella. Y tampoco sirve de nada cerrar puertas y ventanas pues, como es de viento, se cuela por las rendijas. Otras personas colocan cruces de palma bendita detrás de las puertas para espantarlo.

 

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