La piel del venado
Los mayas cuentan que hubo una época en la cual la piel del venado era distinta a como hoy la conocemos. En ese tiempo, tenía un color muy claro, por eso el venado podía verse con mucha facilidad desde cualquier parte del monte. Gracias a ello, era presa fácil para los cazadores, quienes apreciaban mucho el sabor de su carne y la resistencia de su piel, que usaban en la construcción de escudos para los guerreros. Por esas razones, el venado era muy perseguido y estuvo a punto de desaparecer de El Mayab.
Pero un día, un pequeño venado bebía agua cuando escuchó
voces extrañas; al voltear vio que era un grupo de cazadores que disparaban sus
flechas contra él. Muy asustado, el cervatillo corrió tan veloz como se lo
permitían sus patas, pero sus perseguidores casi lo atrapaban. Justo cuando una
flecha iba a herirlo, resbaló y cayó dentro de una cueva oculta por matorrales.
En esta cueva vivían tres genios buenos, quienes escucharon
al venado quejarse, ya que se había lastimado una pata al caer. Compadecidos
por el sufrimiento del animal, los genios aliviaron sus heridas y le
permitieron esconderse unos días. El cervatillo estaba muy agradecido y no se
cansaba de lamer las manos de sus protectores, así que los genios le tomaron
cariño.
En unos días, el animal sanó y ya podía irse de la cueva. Se
despidió de los tres genios, pero antes de que se fuera, uno de ellos le dijo:
—¡Espera! No te vayas aún; queremos concederte un don, pídenos lo que más
desees.
El cervatillo lo pensó un rato y después les dijo con seriedad:
—Lo que más deseo es que los venados estemos protegidos de los hombres,
¿ustedes pueden ayudarme?
—Claro que sí —aseguraron los genios. Luego, lo acompañaron fuera de la cueva.
Entonces uno de los genios tomó un poco de tierra y la echó sobre la piel del
venado, al mismo tiempo que otro de ellos le pidió al sol que sus rayos
cambiaran de color al animal. Poco a poco, la piel del cervatillo dejó de ser
clara y se llenó de manchas, hasta que tuvo el mismo tono que la tierra que
cubre el suelo de El Mayab. En ese momento, el tercer genio dijo:
—A partir de hoy, la piel de los venados tendrá el color de nuestra tierra y
con ella será confundida. Así los venados se ocultarán de los cazadores, pero
si un día están en peligro, podrán entrar a lo más profundo de las cuevas, allí
nadie los encontrará.
El cervatillo agradeció a los genios el favor que le
hicieron y corrió a darles la noticia a sus compañeros. Desde ese día, la piel
del venado representa a El Mayab: su color es el de la tierra y las manchas que
la cubren son como la entrada de las cuevas. Todavía hoy, los venados sienten
gratitud hacia los genios, pues por el don que les dieron muchos de ellos
lograron escapar de los cazadores y todavía habitan la tierra de los mayas.
- Título: Leyendas mayas
- Versión escrita por: Gloria Morales Veyra
- Ilustraciones: Isaac Hernández
- Editorial: Secretaría de Educación Pública (SEP) / Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe)
- Lugar de publicación: México, D.F.
- Año de publicación: 2004 (Primera edición SEP / Conafe)
- Colección: Libros del Rincón
- Serie: Astrolabio
- ISBN: 970-741-320-4 (SEP)
- ISBN: 970-740-036-6 (Conafe)



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