Kates

 

    Posiblemente hermanos de los Corcovados. Son también jorobados y lo mismo suelen guiar y proteger a los viajeros extraviados en la selva, que fungir como criados de los reyes y de los malos hechiceros. El soberano de Uxmal, cuyo nombre he olvidado, supo de la existencia de una bella sacerdotisa perteneciente a un viejo santuario en una de las islas del mar Caribe. Como el rey era soltero y deseaba casarse y tener familia, envió al santuario a sus criados los kates con el encargo de invitar a la joven al palacio, donde sería recibida espléndidamente. Siete valientes kates se embarcaron en una piragua rumbo a la lejana y misteriosa isla. Cuando dieron con ella desembarcaron y fueron llevados ante la sacerdotisa, a la cual le explicaron el motivo de su visita. 

    Conversaron por varias noches y al fin la convencieron de acompañarlos en el viaje de retorno. A media travesía, la joven comenzó a entonar una melodía con tan dulce y hechicera voz que provocó el sueño de los kates. De pronto, la piragua empezó a girar y llegó a alcanzar tal velocidad, que acabó por hundirse, pereciendo ahogados los siete kates sin que se supiera el destino de la sacerdotisa. Cuentan los pescadores de Uaymil, la isla del mar Caribe cerca de la cual ocurrió la tragedia, que desde entonces en ciertas noches de luna llena una vieja piragua emerge del mar y en ella pueden ser vistos los siete kates que cantan y bailan sin parar durante toda la noche. Y cuando el sol está por manifestarse, la piragua se hunde de nuevo en el mar y reina un profundo e impresionante silencio.