El Enano de Uxmal

 

    Se ha dicho que nació de un huevo y que no creció más de siete palmos. Lo adoptó como su hijo una vieja sin edad que a todos les decía no ser su hijo aquel hombrecillo sino su nieto, pues no quería ser burlada por tener un vástago joven a tan alta edad. Este enano, dueño de una viveza extraordinaria, descubrió un día un címbalo de oro que su abuela ocultaba entre las cenizas del fogón de la cocina y lo hizo sonar con tal fuerza que todo Uxmal se sacudió en sus cimientos. Y es que estaba escrito que aquel que hiciera sonar el címbalo se convertiría en el nuevo rey de la ciudad sagrada. 

    Cuando el viejo gobernante escuchó el ensordecedor sonido tembló de pies a cabeza. Entonces hizo llamar al Enano y le puso como condición que sólo ocuparía el trono de Uxmal si pasaba por una serie de duras pruebas, a lo que el Enano respondió estar de acuerdo. Y con la ayuda de su abuela (que era bruja) pasó sin dificultad todas las pruebas y llegó a ser rey de la bella Uxmal, a la que gobernó por mil años.