Culcalkin, El Sacerdote Degollado
Son varias las versiones en torno a la presencia del Culcalkin, conocido en español como el Sacerdote Degollado. La más difundida resulta en un hibridismo: lo describen como un decapitado vestido con un hábito religioso europeo propio de la época colonial que camina a trancos con los brazos extendidos y que lleva los ojos en el pecho.
El erudito Eulogio Palma
añade que se le ve salir de entre las paredes de los conventos arruinados,
especialmente en patios en que se notan vestigios de sepulturas. Otra versión
nos lo revela semidesnudo, vistiendo sólo un taparrabos, sin nada de influencia
española. Es muy alto y corpulento y lleva la cabeza en la mano, cual si fuera
un objeto cualquiera. Anda descalzo y le sangran los pies. Los hombres huyen de
su tenebrosa presencia. Sólo se aparece por las noches oscuras y camina sin
pronunciar palabra.
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