Chac
Otro de los gigantes es el dios Chac, deidad muy severa que sabía premiar y castigar. Dice el Diccionario de Motul que fue un hombre grandísimo que enseñó la agricultura al pueblo, que lo tiene como dios de los panes, del agua, los truenos y relámpagos. Podía inundar la tierra si lo deseaba para castigar a los hombres o incendiarla lanzándole rayos, pero gracias a él abundaban las cosechas de maíz y muchas clases de frutos, y durante siglos hubo prosperidad en las tierras del Mayab.
Está escrito en El
Libro del Chilam Balam de Chumayel que en los primeros tiempos Chac
habitaba una tierra de gigantes que dominaban el mundo. Sin embargo, la
insólita casa de Chac era sólo una pequeña piedra donde entraba y salía por una
grieta. En nuestra época los campesinos todavía le hacen ofrendas con objeto de
que dé abundantes lluvias y así lograr las cosechas. Puede ser brutal cuando no
se le ofrendan sacrificios o se desobedecen sus órdenes. Habitualmente sólo se
le ve recorriendo los solitarios pueblos y holgando en los patios de las casas.
Además de Chac, dos de los gigantes más temidos son el Che Uinic y el Ua Ua
Pach, que descuartizan y devoran a sus víctimas.
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