Balames
Espíritus de la noche que destruyen los sembradíos de las milpas de los campesinos si estos no les ofrendan alimentos o algún niño recién nacido, su comida predilecta. Son flacos, altísimos, de caras avejentadas y barbas y cabellos largos y blancos. Visten largas túnicas también blancas y viejos sombreros campesinos y suelen volar por los cielos, aun sin tener alas.
Son grandes fumadores y en ocasiones, desde las alturas, arrojan los cabos de
sus cigarros que muchos aseguran ser estrellas fugaces. Se les considera
guardianes de los cuatro puntos cardinales y protectores de la tierra ya que
combaten contra las fuerzas malignas de algunos fenómenos naturales como los
huracanes y contra las enfermedades pestilentes. Pero domina la crueldad en su
naturaleza y matan a quienes no les demuestran sumisión o no les ofrendan
infantes para su cena. Se citan unos a otros por medio de potentísimos silbidos
para reunirse y acordar sus atrocidades.
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